sábado, 27 de septiembre de 2008

Epílogo

Curiosamente, éste ha sido uno de ésos pocos viajes en los que no he echado de menos España. No sé si habrá sido porque nos hemos divertido y entretenido bastante o porque realmente nos ha gustado Suiza pero el caso es que volvíamos sin ganas. Creemos que el hecho de haber comido y dormido decentemente ayudó. Vale, tener que volver a trabajar supongo que también ayuda :-D

Los 3 primeros días fuimos a lo barato a la hora de comer, pero desde Munich comimos y cenamos todos los días decentemente. Vale, no era solomillo pero comíamos bien, sentados y atendidos y no en un McDonalds o Kebah. Nos gastamos más pero lo ganamos en comodidad y también nos permitió ver mejor las costumbres nativas.

Optamos por albergues y pensiones. Subió algo el coste pero te ahorras andar llevando la tienda y duermes mucho mejor.

Gracias a la espectacular subida de precios con el euro en la hostelería española y a la fuerte apreciación de nuestra divisa, Suiza no se nos ha hecho caro. Tan sólo los hoteles. El resto, aunque no es barato es asumible.

Respecto a la hostelería, salvo en Ginebra, en general los camareros son un poco sosos. Tenías que tener las ideas claras y no se enrollaban nada con gracietas ni consejos o la típica pregunta que de dónde venimos y tal. Igual que si pides en un McDonalds. No sé, tal vez fuera por el idioma…

El tiempo que nos ha hecho ha sido bastante bueno. Aunque no hemos tenido sol todos los días, sólo nos ha llovido un par de veces y únicamente el día de vuelta hizo mucho calor, y tampoco era exagerado. Tampoco hemos tenido ninguna caída ni percance. Entre el francés de mi amigo, mi inglés, mi justito alemán y nuestro perfeccionado lenguaje de signos hemos conseguido sobrevivir con dignidad en ésos mundos llenos de bárbaros :-D (Y algunas por las que haría barbaridades XDDD).

Suiza es un país lleno de turistas y hay mucho “chino”. En todas partes venden los mismos recuerdos. Entre ellos, navajas por todos lados y luego cencerros y chorraditas varias. Al final nos hizo gracia tanto cencerro y acabamos picando :-D

Típico souvenir :-D

De la limpieza de las urbes no hablo porque al menos en Valladolid y Vitoria estamos al mismo nivel, pero respecto a otros sitios como Sevilla, Valencia o Granada da que pensar. Es digno de destacar la seguridad que se percibe. De hecho yo le puse el candado algún día por ponerlo, pero la VFR, con 2 meses, durmió muchas noches sin nada. Incluso en Ginebra, la ciudad más grande (salvo Munich) en la que pernoctamos nos pareció muy segura. Tanto que nos fijamos y había muchas motos grandes que no tenían puesto candado. Como se suele decir… ¿quién te la va a tocar, si no es suya? Pues eso :-( Se notaba también en que a menudo te encontrabas las puertas abiertas.

Respecto al equipaje, optamos por ir cómodos, con los menos trastos posibles. Yo fui con mi baúl de 42l y la sobredepósito medio vacía. Y me sobró, la mitad de las camisetas las podía haber dejado en casa.

Este fue mi equipaje:

- DNI y Carnet de conducir

- Mapas

- Seguro moto y tarjeta sanitaria

- Visa

- Visa 2. Esta la usamos como tarjeta común, muy útil en peajes y resto de gastos comunes (comidas, hoteles…) para evitar comisiones de cambio y andar con efectivo.

- Dinero en metálico.

- Teléfonos en papel (esto no lo hice)

- Copia llaves (cada uno llevó copia de las llaves de la otra moto)

- Original + Fotocopia de la documentación y archivo en Internet (esto último tampoco lo hice).

- Cargadores de móvil, mechero, pda y miniusb

- Cámara y cargador.

- 2 pdas con el tomtom y las rutas precargadas.

- 1 vaquero

- 3 polos

- 2 camisetas

- 1 camiseta de manga larga

- 8 camisetas viejas (para ir tirando por el camino)

- 1 camiseta de ésas de secado rápido.

- 1 jersey/sudadera

- Zapatos

- Bañador

- Toalla Decathlon (de ésas pequeñas que se secan rápido)

- Cinturón. Sobre todo si el vaquero te queda grande. Se me olvidó en casa y compré uno en Tarragona que se me volvió a olvidar, así que volví con 2 cinturones nuevos :-D

- Muda

- Calcetines

- Gafas de sol

- Neceser

- Medicamentos (aspirinas, alergia…)

- Gel y champú en botecitos pequeños de 100ml que hay en el Mercadona. Me sobró bastante, con la mitad me hubiera servido ya que en algunos hoteles había.

- Guantes de invierno y verano

- Funda agua bolsa sobredepósito

- Tapones para los oídos

- Guantes de látex (por si teníamos alguna avería, que os veo :-D ).

- Paraguas mini. Sí, porque cuando no estás en la moto, si llueve se te moja la cabeza :-P

Resumen de datos:

  • Puertos: 21.
  • Km totales 5.050.
  • Países: 5. Francia, Italia, Suiza, Austria y Alemania. Menos mal que está el euro… :-D
  • Gasto total: 1.300€, más el desgaste de la moto (neumáticos, aceite…).
  • Bote y metálico: 500€.
  • Gasolina: 340€. Me ha salido un consumo medio de unos 5,33 l/100.
  • Precio medio de la gasolina: 1,26€ el litro. En Suiza y Austria casi igual que aquí, sólo unos 5 céntimos más.
  • Alojamiento: 49,24€ de media (la habitación), incluyendo desayuno 5 de las 11 noches. Sólo el hotel NH de Munich tenía baño dentro. Gracias a eso reducimos mucho este concepto.
  • Autopista: 48€ para 963km. 21,10 a la ida y 26,95€ a la vuelta. Esos 6€ de más merecen la pena, la ruta por Puigcerdá nos hizo perder mucho tiempo y no pudimos ver Grenoble.
  • 935Mb y 762 fotos (y algún vídeo), una vez eliminadas algunas.

En ningún país nos pararon ni pidieron documentación alguna, salvo el DNI en los hoteles claro. En Suiza era común tener que rellenar una hoja para la policía que a veces lo hacían ellos y otras te pedían que lo rellenaras tú.

Ah, en Suiza los carteles de las autopistas son de color verde y los azules son para las carreteras nacionales. Las carreteras te hacen perder mucho tiempo, como en Francia. Coger la “vignette" o no ya depende de ti (unos 27€ creo).

Conclusión: repetiría sin dudarlo :-)

Ahora, a preparar… ¿cabo norte? Je je, quién sabe.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Día 12 (sábado 30) Ginebra – Hospitalet (Tarragona) 900km.

Ruta:


Nos levantamos pronto, pero sin prisa. Tras echar gasolina a las afueras de Ginebra buscamos la autopista para empezar a avanzar. Sin embargo, nos salimos en Chambery para acortar un poco cogiendo una divertida carretera hacia Valence. Pasamos por Voiron, que según vimos tenía una bonita iglesia y unos malos carteles indicadores :-( Ahí tras dar varias vueltas conseguimos volver a coger la autopista y ya todo el rato a unos 140km/h hasta que paramos a comer un poco antes de Orange. Esta vez no tuvimos la suerte de la ida y sufrimos temperaturas de unos 32ºC. He de decir que había bastante tráfico pero sin embargo circulábamos con fluidez. Tras comer algo en la tienda de la gasolinera (no tienen bar y para el café tienen unas cuantas máquinas) continuamos. Al poco llegamos al peaje y nos tocó esperar unos 10’ de la cola que había. Pero una vez pasado el desvío a la costa azul y Marsella disminuyó bastante el tráfico y ya fuimos sin problemas hasta pasar Narbonne, donde optamos por salirnos ya que la carretera es bastante decente y nos apetecía parar en un bar de verdad a tomar un café en condiciones. O al menos mejor que uno de máquina. Tentado estuve de bañarme en el mar, pero no encontramos ningún camino a la playa…. El caso es que cruzamos Perpiñán (parece que no hay circunvalación salvo la hurtopista) y no encontrábamos ningún sitio decente y al final entramos en uno poco antes de la frontera donde nos cobraron más que en Suiza y donde curiosamente, para estar al lado de España y en una nacional, no acababa de entender lo de un café con hielo XD

Tras la paradita de rigor enfilamos hacia la frontera descubriendo unas curvas muy majas y pasando por el curioso pueblo fronterizo de “le Perthus”. En éste sitio se supone que el lado este es español y el oeste francés. El caso es que está lleno de tiendas y de gente. Continuamos por carretera hasta Gerona y allí optamos por seguir evitando la hurtopista llegando a Granollers por la carretera de Hostalric- Sant Celoni. Yo por mí hubiera continuado por carreterillas hasta Hospitalet, pero eran ya las 20:30 o así y un motero local (con acento argentino XD) nos dijo que mejor autopista que a esa hora había mucho tráfico. Así que cogimos ahí la autopista y… ni hicimos ni un km y peaje. Pues sí que empezamos pronto :-( Para llegar hasta Tarragona tuvimos que parar 5 o 6 veces. Ridículo, pero así es rodear Barcelona. Llegamos a eso de las 22:00, cansados pero contentos. La perra de mi madre no debió pensar lo mismo porque me vio entrar de romano y se puso a ladrarme como una loca, como si fuera un ladrón cualquiera :-D

Nos fuimos a cenar al puerto de L’Hospitalet donde pusimos punto final a la aventura alpina, y colorín colorado…

¡A pensar en la siguiente! :-)

jueves, 25 de septiembre de 2008

Día 11 (viernes 29) Ginebra, 0km.

Al final conseguí convencer a mi compañero y optamos por quedarnos otro día más y hacer la vuelta hasta Tarragona (900km) del tirón. Así que intentamos reservar de nuevo en el mismo albergue, pero estaba lleno. Nos recomendó algunos sitios cercanos y acabamos durmiendo a unos metros del lago, en el Hotel de la Cloché, que por 68€ ya nos daba desayuno y algo más de espacio y comodidad, pero tb con la ducha común. Y un muy curioso lavabo.

Cuando tirabas de la cadena o te levantabas de la taza, esa cosa verde salía y la tapa giraba para completarse una vuelta de autolimpieza :-D

Tras mudarnos optamos otra vez por pasear por Ginebra y conocerla más en profundidad y con el ambiente de un día laborable. Esta es la principal calle. Se nota que es una ciudad de negocios, se veía mucho traje y mucha niña guapa.

La ciudad (y el país) nos gustó tanto que incluso nos acercamos a una ETT a dejar el cv por sonaba la flauta.

Una de las cosas llamativas en Suiza es que rara es la moto que permanece virgen. Que si un escape, que si unos intermitentes, unas llantas…

Comimos pronto y tras una reparadora siesta, bajamos a dar una vuelta por el lago. Al poco nos acercamos a una zona en la que se juntaba la gente. Resultó ser una “piscina”. Tardamos poco en subir a por el bañador y darnos un refrescante chapuzón en el lago, que curiosamente estaba a una temperatura bastante agradable (21ºC creo que ponía). Al irnos vimos el porqué los nativos optaban por cenar ahí: el chiringuito “playero” ofrecía una carta sabrosa y … ¡barata! (para ser Ginebra).

Al salir, vimos esto: 2 Rolls (árabes), otro mercedes, …

Y es que estábamos ya aburridos de tanto coche de lujo. Para más inri, delante de nuestro hotel había otro de lujo. Debía haber una fiesta porque por la noche se llenó aquello de audis, bmws, porches y hasta algún Aston Martin, Ferrari, Bentley y cosas de ésas con demasiadas ruedas :-P

Y sí, también varias chicas espectaculares y con esa capacidad que sólo tienen ellas para pasar delante suyo mirándolas y hacer que como si fueras transparente.

Dada la experiencia de la noche anterior y que ésta vez era sábado, salimos con ganas de juerga. Paseando y preguntando conseguimos llegar a la zona universitaria. Como siempre, ya era un poco tarde y algunos sitios ya no daban de cenar. Acabamos en un restaurante cubano. La camarera, aunque mulata, ni papa de español. Pedimos algo para llenar el buche y listos. Me llamó la atención que las 2 mozas (ya más cerca de los 40 que los 30) que teníamos al lado se pidieron una copa de champán en vez del típico cubata o café.

Tras la cena buscamos algún garito de ésos oscuros con música alta y encontramos uno en el que parecíamos los hermanos mayores pero que para una copa nos hacía el apaño. Otra vez una amplia carta de cocktails, y otra vez que cayó un mojito, ésta vez de tamaño normal :-D Muy bien preparado, nos salió carito (9€ creo) y más porque al pagarle con 50€ nos hizo el cambio a 1,50 en vez del 1,60 oficial. Nos llamó mucho la atención que la camarera estaba preñada, y con una buena barriga.

Visto que no ligábamos nada y ya eran casi las 0:00 optamos por una prudente retirada para descansar que la siguiente etapa era larga, y aburrida.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Día 10 (jueves 28) Interlaken – Ginebra (216km)

Ruta:

Teníamos ganas de llegar a la gran ciudad, así que enfilamos rápidamente por el lago, aunque tuvimos tiempo de hacer algunas curvas. Pasamos por el Jaunpass, que no tenía gran cosa pero sirvió para matar un poco el gusanillo curvero.

Enseguida llegamos a la orilla del Lago Leman, el más grande de Europa occidental. El otro día leí que tiene 72km de largo. Vimos muchos chalets y playas realmente apetecibles. Al llegar a Ginebra fui a poner el tontín a trabajar pero no teníamos la dirección del hotel y hasta que conseguimos encontrar una red wifi abierta nos dio tiempo a sudar todo lo que no habíamos sudado hasta entonces. En Ginebra hacía unos 28º a las 14:00.

El albergue estaba bastante bien y hasta el recepcionista hablaba español. Dejamos las cosas y nos fuimos a dar una vuelta por el centro donde comimos bastante bien y barato (para lo que es Ginebra) en un menú del día que por unos 15 francos (9 o 10€) te daban una ensalada y medio pollo asado por ejemplo. Sumada cerveza cada uno y una mousse para los 2, nos costó 46Chf (28,50€) ambos. Tras comer decentemente estuvimos paseando por la ciudad. La parte antigua no me pareció gran cosa. Tiene la catedral de San Pedro y alguna cosa más, pero “piedras”, pocas. Lo realmente bonito es la ciudad en sí, junto al lago. En la catedral había muchas referencias al cambio de rumbo de 1536 al decidir el pueblo de Ginebra expulsar al obispo y separarse de Roma (“la Reforma”). En algunas placas hablaba de “la Iglesia de Ginebra” y nada de Iglesia de Suiza, de Calvino o similar. Será porque Ginebra permaneció independiente hasta 1798 que fue anexionada a Francia y tras Napoleón se independizó y unió a Suiza (1815).

En un parque junto a la universidad vimos esto:

La ciudad nos impresionó por su belleza, y sus bellezas:

Se nota mucho que es una ciudad de mucho dinero, y no sólo por la multitud de Porsches, y coches de lujo varios, sino por la tiendecita de Louis Vuitton y otras del estilo que había frente al lago. Ver los precios de esos modelitos hizo que mi traje de Rukka pareciera sacado del mercadillo :-D

Junto al lago había otro parque (llamado jardín inglés) muy agradable, desde el que se podía ver el famoso chorrito (foto sacada desde la otra orilla):

Tras descansar un poco nos acercamos a ver el chorrito y ya que nos pidió que la sacáramos una foto, pues cumplimos. Obedientes, la sacamos 2 fotos, con su cámara y con la nuestra :-D

No había mucho turista junto al chorro. Tal vez porque te mojas :-D Sin embargo por el parque había mucha gente paseando o haciendo footing así que estaba bastante animado. La temperatura seguía siendo agradable y el día espléndido. Por la noche volvimos a cenar en una hamburguesería que por 47Chf (29€) nos sació aceptablemente. Volvimos a la plaza (Pz. Du Molard) donde habíamos tomado el café de la tarde a tomar una cerveza y hacer tiempo para ir de bares. De noche estaba muy bonita, con algunos adoquines iluminados con palabras como “buenas noches” y “hola” escritas en muchos idiomas.

Tras tomarnos una cerveza artesana (sin gas) optamos por ir a una islita en la que parecía haber una discoteca. Como moscas, acudimos a la música alta y las luces de colores. Peeero… tras hacernos esperar un poco de repente dijeron que ya no podía entrar más gente y nos tuvimos que marchar. Nos quedamos con las ganas, pues tenía muy buena pinta el garito sobre el lago (o río ya). De todas formas, tanto patear cansa y no sabíamos si repetir noche o empezar bajar ya hacia España y dormir por Montpellier, así que nos fuimos a la cama.

martes, 23 de septiembre de 2008

Dia 9 (miércoles 27). Interlaken 0km.

Este día decidimos dedicarlo a subir al Jungfraujoch. Se supone que es la estación de tren más alta de Europa. Está a 3.571m y el pico junto al que se encuentra tiene 4.166m de altitud. No está mal ¿eh? :-) Había leído en crónicas que es una excursión de todo el día y bastante cara, 180CHF que al cambio eran 110€. Nosotros, con la promoción del 50% por ser españoles decidimos aprovechar la oportunidad de subir por “sólo” 55€. Curiosamente, en la estación de Interlaken donde se coge el tren tenían una taquilla exclusiva para coreanos. Coreanos no sé, pero asiáticos había por todas partes. E indios, pero no de los de las pelis de John Wayne sino de los de las Bollywood :-D
Bueno, el caso es que cogimos el tren de las 10:05. Es un tren normal que te lleva a otra estación donde tienes que coger otro que ya tiene cremallera que te lleva a una estación llamada “Kleine Scheidegg” (11:15h) desde donde ya se ve perfectamente a la señora joven (el “jungfrau” dichoso):

Ahí ya tienes las típicas tiendas de recuerdos varios, restaurantes y hasta una tienda gigante tipo indio (norte-americano). Amablemente te dan tiempo para que puedas comprar algo ;-) Desde aquí se coge el último tren, que por varios túneles y con bastante pendiente te sube hasta la estación turística. Para que no te agobies para 2 veces (5 minutos), así disfrutas de las vistas. Esta es la 2ª parada (Mar de hielo 3.160m, ya son las 12:10h):

Finalmente, llegamos arriba a las 12:30. Es decir, 2’5 horas para subir. El tren te deja en un andén desde el que ya te vas buscando las cosas para ver. A saber, el piso superior, el palacio de hielo y la puerta para salir fuera. Nosotros optamos por subir primero a la terraza por aquello de las vistas. Decir que tuvimos que cruzar un túnel que ni en la discoteca más cutre está tan mal iluminado. La única luz provenía de un cordón de esos de plástico con puntos luminosos, como los que se usan para iluminar el borde de las escaleras. Decir que era estrecho (2 personas), bajo y frío se quedaría justo en la descripción. De ahí a un ascensor y por fin, las vistas:

En esos momentos, 27 de agosto a las 13:00, hacía 0,1ºC. Al sol se estaba bien pero a la sombra hacía una rasca de cuidado. Optamos por bajar a pisar la nieve. Otro túnel, pero si bien éste era amplio e iluminado decentemente, hacía más frío (y aire) que el anterior. Afortunadamente, subimos con la chaqueta de la moto. Había gente tirándose bolas y disfrutando de la nieve, otros haciendo alpinismo y hasta un helicóptero. Nada del otro mundo. Nos dimos media vuelta para ver qué nos daban en la cafetería, pensando que sería un bocadillo o algo decente y no, sólo bebida. Pues qué bien. Al irnos vimos que nos quedaba por ver el “Palacio de hielo” (por su tamaño yo lo llamaría casita burguesa más bien). Ahí tenían unas pocas esculturas:

Y sorprendentemente un espacio dedicado a la final que parece ser que ganamos :-D

Nótese que hacía algo de frío. Se me estaba congelando hasta el botellín de cerveza. Así que una vez visto, arreando para abajo a ver si comíamos algo. Cayó una salchicha con noséqué que resultó ser patatas fritas en Kleine Scheidegg, y optamos por bajar por el otro lado (hay 2 caminos hasta esa estación). Vimos Grindelwald, que no tiene nada y conseguimos volver a Interlaken a las 17:30. Todo el día perdido para tan poca cosa en mi opinión no merece la pena. Y mucho menos a 110€ la excursioncita. Supongo que se podrá ganar tiempo subiendo en coche más arriba, pero creo que ni por ésas repetiría.
Como todavía quedaba tarde aprovechamos para ir a ver el otro lago, el de Thun:

Ya era un poco tarde y no había casi luz pero aún así parecía bastante bonito. Lástima no habernos quedado viendo los lagos en vez de subir al Sierra Nevada pijo ése :-P
El día anterior habíamos visto un garito para cenar con cierto ambiente y en el que las camarerAs vestían con cierto escote y con un culote. Era una cadena de hamburgueserías de EEUU llamada “Hooters”. Las camareras nos eran como las de la propaganda (tipo I love silicona), pero sí muy amables y simpáticas. Eso unido a precios y calidad aceptables lo hacen interesante. Recordad que por esos lares los camareros dejan a menudo la alegría “para mañana”.
Después nos fuimos a por el postre a nuestro pub favorito de Interlaken, el “Buddy’s”. Pero antes nos encontramos con este par de Lamborghinis que ya nos habíamos cruzado por algún puerto:

Y por fin arribamos al bar, donde tomé “lo de siempre” :-D (aunque esta vez en tamaño pequeño)

En sitios como éste te puedes encontrar con que un nativo “alegre” al darse cuenta de que eres español suelte un “¡Julioooo!” y te presente a un “español” de Ecuador que quería invitarnos a fumar no sé qué cosa rara, a una camarera cincuentona de lo más cachondo del lugar y cosas así :-D
Y una vez más, cervecita y a la cama :-)

lunes, 22 de septiembre de 2008

Día 8 (martes 26). La punt-Chamues-Interlaken 330km.

Ruta


Hacia las 9:30 estábamos desayunando mientras los obreros de la serrería se tomaban su almuerzo.

Perezosamente conseguimos montarnos de nuevo en nuestras amadas yeguas y emprender camino de nuevo. St. Moritz no parecía tener gran cosa, otro lago y poco más. Supongo que la parte antigua sería más interesante pero no nos entretuvimos mucho. Hicimos rápidamente el Maloja para continuar hacia el Splügen, el cual ya nos llevó más tiempo hacer. Hicimos algunas fotos en el pantano de la época de Mussolini (1932 creo que ponía) y proseguimos hacia el San Bernardino. No nos entretuvimos mucho, pero sí vimos esto:

Decidimos comer a la bajada, y esta vez cayó un bocadillo cuyo nombre no recuerdo pero que estaba muy bueno, y el pobre de Saturno el plato del día. Resultó ser un vulgar pincho moruno, a precio de chuletón, eso sí XD

Al poco de continuar descubrimos este sitio, lástima no haber comido ahí:

Pasamos de largo Bellinzona para subir al San Gottardo. Nos pasó lo que ya había leído por ahí… nos confundimos. Y es que resulta que no basta con evitar la autopista. Resulta que han mantenido la carretera antigua y posteriormente hicieron una nueva. Ya iba yo mosca de lo fácil y recta que era la subida cuando llegamos aquí y ya nos dimos cuenta del error:

Aunque yo tenía ganas de bajar y coger el camino empedrado, continuamos pues ya llevábamos muchos km y eran ya las 18:00. Al poco alcanzamos la cima, donde estaba nublado y hacía fresquito. La cafetería-chiringuito de referencia estaba cerrada ya así que continuamos, esta vez sí, por el camino viejo. Y nos volvimos a equivocar otra vez. La subida no sé, pero esta parte era un camino de cabras muy divertido para una trail pero no para tomar en un viaje. Afortunadamente era un tramo muy corto y enseguida cogimos la carretera. Esta vez el café tocó en Mätteli, poco antes de llegar a Andermatt. Tenían el típico cartel de “Zimmer frei” y me dio por preguntar: 75€ ni más ni menos en otro pueblillo sin más historia que la carretera. Eso sí, con ducha, baño y tele.

Proseguimos por Göschenen hasta Wassen donde íbamos a echar gasolina pero viendo que estaba cerrada optamos que cruzar el Sustenpass, que eran 40km y seguramente habría alguna gasolinera mejor de camino (la VFR estaba en reserva). Pues no, ni una. Menos mal que era cuesta abajo luego porque hasta Innertkichen no encontramos surtidor que nos aliviara :-D Hubo momentos de angustia, pero al final llegó. Eso sí, se dejó la mano apretando el embrague para ir a ralentí :-D Nada como un buen depósito como la Fazer }:-)

En cuanto al Sustenpass pues ni idea. Estaba con niebla y ni paramos siquiera. Lástima, parecía divertido.

Tras repostar tiramos hacia Interlaken por Meiringen, donde hicimos los únicos km repetidos, unos 14.

Optamos por llegar a Interlaken por el norte y aunque ya anochecía, nos gustó mucho la ruta y las vistas. Metí en el tontín la dirección del hotel que tenía visto como primera opción y resultó estar en zona peatonal, pero nos metimos con las motos hasta la puerta. Mientras yo confirmaba el precio (55€ la doble, un chollo eso de la promoción de 50%dto. a los españoles) Saturno entró al de enfrente y era algo más barato aunque de menos calidad. Ya que habíamos subido a verla, optamos por cogerla y ahorrarnos unos eurillos, aunque teníamos que haber cogido el otro. En fin, supongo que el cansancio no te hace razonar bien.

Salimos a cenar por ahí y acabamos en un pub muy animado donde ponían algunos “snacks”. Yo me tomé mi habitual medio litro de cerveza con un bocadillo de pechuga de pollo muy sabroso. “Schnitzelbrot” lo llaman los paisanos. Preguntamos a la simpática camarera por otros pubs y fuimos a uno donde había un grupo de españoles y gente tomando algo pero sin mucha animación. Igual que un bar normal aquí. Cervecita y a la cama.

domingo, 21 de septiembre de 2008

Día 7 (lunes 25) Innsbruck-St. Moritz. 292km.

Ruta:

Apenas pudimos dormir, en la pensión había un grupo de estadounidenses de un equipo de algo raro y los simpáticos de ellos llegaron a las 4 y se pusieron a cocinar y hacer ruido. Y luego ruidos de la escalera a las 7 o así. En fin, nos acostamos tarde y nos levantamos atontados.

El caso es que éste día íbamos al Stelvio, por lo que estábamos muy animados y eso compensó. Además, era un día con muchos puertos así que tampoco daba mucho lugar a bostezos :-)

Muy ilusionados, decidimos coger la carretera hacia el sur y así hacer una ruta más interesante. No nos equivocamos, la ruta estuvo muy bien.

Perdimos tiempo en Merano, donde no estaba bien indicado el camino al Stelvio y nos perdimos. Al final, tuvimos que sacar el GPS que muy amablemente, nos llevó por un camino de cabras en la ladera, pero al fin y al cabo nos dejó en la carretera apropiada. Detalle: en Merano ¡pasamos calor! Sol, las 14:00 y dar vueltas con la moto consiguieron lo que apenas habíamos sufrido en todo el viaje :-D

Empecé a ponerme de mala leche así que continuamos hasta el puñetero Stelvio, que parecía que no llegaba nunca, pero sí :-) :

Menos mal que no me importa comer tarde, porque llegamos a las 16:00. Como ya estaba cerrada la pizzería, optamos por uno de los (caros) chiringuitos de salchichen.

Buenas vistas y fresquito, creo recordar que unos 7º. Ya con el deber cumplido y el estómago más tranquilo continuamos camino. La parada, sin embargo, era inevitable:

Con más curiosidad que otra cosa pasamos por Livigno, donde aparte de la gasolina a 1€, no encontramos nada interesante. Es una calle. Tiendas, hoteles y poco más.

Tras tomarnos ahí un cafelito de rigor y descansar un poco continuamos hacia otro puerto, el Bernina. Otra vez salíamos de Italia. Vaya lío de fronteras :-D

Lo cruzamos a eso de las 19:00 con ánimo de ir a dormir a un camping a 15km de St. Moritz (Madulain) dentro de un tonel:

Cachondos que somos XD Y barato que salía además, 26€ los dos. Pero llegamos hacia las 20:30 y ya estaban ocupados todos. Realmente, no pensé que hubiera tanto tarado como nosotros :-O Total, que por primera vez estábamos sin cama. Nos dimos la vuelta a ver si encontrábamos algo en el pueblo. En un sitio no ponía precio y tampoco encontramos a nadie que nos atendiera. Preguntando a un paisano nos indicó un sitio que no encontramos, pero llegamos a una casa donde había 3 motos alemanas. Pues será éste el sitio tan chachi y barato. Qué ufanos… Entramos. No hay nadie (qué raro XD). Mientras esperamos si alguien aparece vemos unos panfletos… “¿Eso que pone ahí es el precio?” Pues va a ser que sí, le digo…Glups. 110€. En una casa perdida en un pueblo perdido. Ya era de noche, pero no hizo falta mucha discusión, nos largamos rápidamente :-D

Y mientras ya nos íbamos, pensando en acabar en St. Moritz, nos hace señas una señora en el pueblo. Paro, la miro. “¿buscáis para dormir? (mi italiano-romance-alemanoide mejoraba a pasos agigantados :-O ). Sí, le digo aún flipando. “Pues ahí abajo hay una pensión que acaban de abrir, y es barata.” Nos indicó y caí en la cuenta de que era la misma que nos dijo el paisano anterior. Caray, la dueña debió ser la Reina del baile del instituto o algo así, qué vecinos tan amables :-D

Llegamos a la serrería (sí, estaba en una serrería) y con más imaginación que luz encontramos la puerta de lo que parece la pensión. Una GS alemana antigua a la puerta nos anima. Entramos, porque claro, está abierto. Pero no vemos a nadie, sólo un cartel con un móvil. Nos animamos a llamar, ya estamos hartos. Dice algo así como que 38€ por persona, que vayamos entrando que en un rato llega. Aceptamos pulpo, ya nos da igual, son las 21:00 de noche y estamos muy cansados. La señora chapurrea español y tras un bla bla bla nos dice que se había equivocado, que eran 28€ por cabeza. Aaah, eso está mejor (sic). Mi amigo trata de regatear aprovechando la situación pero no cuela XD

Rápidamente nos cambiamos y nos acercamos a tientas (la luz debe estar carísima en Suiza y apenas alumbran, así que mucho menos en una serrería en un pueblillo) a la pizzería recomendada (y único sitio donde cenar junto con un restaurante tradicional) no vaya a ser que cierren. Cerraban a las 22:15, así que pedimos sin demorarnos. Con el café nos trajeron el ticket, pero contentos (y molidos) como estábamos nos permitimos un limoncello para saborear el fin de esa jornada tan dura como interesante: 292 km, 7 horas de moto y 5 puertos (Brennerpass, Jaufenpass/Giovo, Stelvio, Passo di Foscagno, Passo del Bernina).

Molidos, a las 23:00 estábamos en la cama.

Día 6 (domingo 24). Munich – Innsbruck. 140km.

Ruta:

Desayunamos de nuevo en la pastelería de enfrente (habrían de 8 a 11 sólo en domingo) y tan recoger de nuevo todos los trastos, enfilamos hacia Innsbruck. Optamos por ir por el puertecillo de Kochel am See y ver los lagos de Kochelsee y Walchensee, aunque nos chupamos la única caravana hasta el momento. Se ve que como hacía bueno todos los locales aprovecharon para ir al lago, o al campo.

El lago (Walchensee), precioso, cómo no:

Paradita breve y continuamos echando la gasolina justa para rellenar en Austria (20cts menos). Tras pasar la frontera, entramos en el conocido Tirol, previo descenso del puerto de Scharnitzpaβ con pendientes del 14 y 16% :-O

Y tras fundir los frenos un poco, enseguida llegamos a Innsbruck. Aparcamos como podemos en el centro y vamos andando a buscar la pensión (en zona peatonal):

Preguntamos en el bar y nos atiende una moza de lo más interesante. Guapa, simpática… y estudiante de filología hispánica. Estuvo de erasmus en Valladolid el año pasado :-D Así que por una vez, entendía todo :-) Nos explicó qué ver, dónde comer, ir de copas… Qué ricura de niña. Anna, de nombre. No, no picó el anzuelo :-(

En fin, nos fuimos a comer donde nos dijo, una cervecería interesante pero no comparable con la de Munich, la Stiftskeller.

El colega seguía empeñado en probar el famoso codillo, y en un vano intento de alcanzar su particular orgasmo gastronómico, pidió un plato… que resultó ser el mismo que cenó el día anterior en Munich (con distinto nombre) y que no era codillo :-D

Yo me arriesgué cuando medio entendí tabla de queso, carne y tal y cual… Ejem. Si lo sé me hubiera pedido salchicha, que con eso no fallas ;-)

En fin, tras comer, a bajar la comida. Vi que iba mucha gente con helados, será por las altas temperaturas de 24º… pero el caso es que se me antojó uno. 1,10€ el helado, pequeño pero muy aceptable, en pleno centro. Tras comprar algunas tonterías (recuerdos los llaman creo) por fin vimos el tan famoso tejado dorado:

Innsbruck no es grande, pero sí tiene cierto encanto a pesar de no tener lago. Esto era la continuación de la calle del tejado:

Al poco de patear, tras explorar la zona decidimos hacer de buenos turistas y tomarnos el café junto al tejado. Las vistas no estaban mal:

Sentada parecía pequeñita pero de pie… No sé si mi amortiguador trasero la aceptaría :-D Y mi freno delantero lo mismo tb se hartaba de los toquecitos ;-) Estooo, el café, pues grande como siempre, y flojo. Lo acompañamos con un trozo de tarta. Con mermelada, por supuesto.

Cogimos la moto para acercarnos a ver un castillo, el Schloss Ambrass. Se lo hizo el hermano de Carlos I (si aquel que tenía media Europa), un tal Fernando que, nacido en Alcalá de Henares, acabó por esas tierras.

El castillo en sí no era tal, sino un palacio sin mucha cosa. Lo mejor, unos amplios jardines y sobre todo, las vistas:

Por la noche, tras no encontrar nada mejor, volvimos al mismo sitio, cenando ya dentro porque a partir de las 22:00 no se podía cenar en la terraza. Y al sentarnos, vemos que tb a partir de esa hora (¿se irá Casimiro (el antecesor de Los lunnis) a esa hora a la cama en Innsbruck?) sólo servían 7 platos. Bueno, a pesar de eso, aceptamos y pedimos lo que parecía algo decente. Resultó ser un filete empanado. Con mermelada, eso sí. A 8€ :-(

Será el precio de comer bajo un cuadro de Carlos I, el V por la zona. Al menos nos divertimos, teníamos a Mr. Bean detrás y 2 chavalitas majas delante :-D

El caso es que acabamos haciendo amistad, y fuimos a un garito a tomar… sí, cerveza.

Resultaron ser de Uzbekistán y (espera que lo miro) Tayikistán. Eso está atpc, encima de Afganistán. Claro, resultaron ser musulmanas. No muy piadosas, pues bebían alcohol y fumaba una.

NT: Acabo de descubrir que “alcohol” deriva del árabe kuhl que significa “polvo fino” :-D Qué acertados estos árabes…

Dado que “Innsbruck la nuit” no se caracteriza por sus garitos abiertos hasta altas horas, acabamos en el único sitio abierto a esas horas. Nos miraron un poco raro al entrar… ¿será porque era un bar gay? XD La decoración, muy sugerente. Y junto con la caipinha, un removedor con la parte superior en forma de estimulante Adonis. En fin, la compañía lo merecía :-D

Y con esto y bizcocho…

Día 5 (sábado 23). Munich. 0km.

Decidimos acercarnos a una tienda de Louis puesto que ya había dejado de llover y queríamos mirar alguna cosilla. Muy grande la tienda, y muy surtida. Al final encontramos el mapa que andábamos buscando: de todos los Alpes (sólo habíamos visto de Suiza), buena escala e impermeable. Recomendable.

A media mañana ya enfilamos hacia el centro. Pasamos junto a un hotel de pobres, con algún Ferrari, Porsche y cascajos de ésos a la puerta :-D

Ya con hambre, empezamos a deambular por el centro y optamos por seguir a unos vestidos de Bávaros. Los perdemos, pero damos con el sitio que andábamos buscando:

La Hofbräuhaus. Pedazo de cervecería… Impresionante el ambiente que había. Estaba tan lleno que nos fuimos para hacer tiempo. A la vuelta ya encontramos sitio, y al poco encontramos hasta compañía XD:

La rubia, aunque chica, estaba de muy buen ver. Y la tostada tb (hablo de la cerveza :-P ). En este sitio, el tamaño normal de cerveza es 1 litro (6,90€). Había un tipo del que te ponían sólo medio, pero eso para medianenas. Unos auténticos moteros machotes como nosotros, de litro XDDD La verdad es que sorprendentemente las chicas tb se la tomaban… Eso sí, me pareció más suave que la que hay por España.

Visto el grosor de la jarra, comprenderéis que no pase nada cuando se animan (hay música) y empiezan a acompañar dando jarrazos sobre las mesas. Ahora, vaya susto me dieron la primera vez :-D

Entre otras cosas curiosas del local, aparte de 5 señores tocando, era que me pareció ver una linda gatita…

¿Sería Heidi? :-P Vendía pretzels (una especie de rosquilla de palo) y supongo que algún pastelito de ésos con forma de corazón. Nosotros nos tomamos nuestras correspondientes salchichas y salimos a tomarnos el café por ahí.

Y paseando, encontramos un mercado, similar a los nuestros al aire libre. Y junto al mercado, la sala de espera:

Tras seguir dando vueltas viendo la zona peatonal de Munich fuimos al hotel a descansar, que esto de estar de vacaciones tb cansa ¿eh? :-D

Por la noche volvimos a cenar en la Hofbräuhaus, y tan ricamente. Luego vimos que no había bares de copas por la zona, y preguntando lo único que encontramos era un antiguo edificio en el que había 3 discotecas. Una de salsa y ambiente latino y las otras 2 al uso. Pedían 10€ por entrar. Continuamos ruta y el único bar que nos sabían decir era el sausalito. Aún a riesgo de encontrarnos con las succionadoras volvimos a tomarnos la primera, y la última, pues andábamos cansados. Comprobé que nos cansaba menos estar todo el día encima de la moto que pateando la ciudad… Esta vez, ya veteranos, pedimos un mojito “pequeño”, de ésos de medio litro… Y ala, para casa que mañana teníamos que llegar a Innsbruck pronto, puesto que tampoco habíamos confirmado.

Día 4 (viernes 22) 400km, Lucerna-Munich:

Ruta:
Salimos a las 8 y desayunamos de camino. El tontín nos la vuelve a jugar y nos mete por la autopista, aunque enseguida salimos. Echamos gasolina antes de entrar en Austria, a 1,13€/l y coincidimos con una pareja, cada uno en su moto. Sería la primera de las muchas moteras que vimos en el viaje:

Entramos en Alemania para ir por la Deutsche alpenstrasse, (la carretera alemana de los alpes):

Una carretera muy bonita que nos llevó a pasar por un lago y subir al Oberjoch, un puerto divertido pero corto:

Ahí teníamos pensado continuar recto, pero dado que casi todas la motos (y pasaban muchas) tiraban hacia Austria, cambiamos la ruta hacia Haldensee a ver si descubríamos el motivo… No había una gran ruta pero sí este laguito:

Y al final volvimos a entrar en Alemania y tomamos el cafelito de rigor en Füssen:

Ahí ya empezó a llover, y llegamos al castillito de Neuschwanstein bajo la lluvia:

Como ya eran casi las 6 no se podía subir, y la verdad, muchas ganas tampoco teníamos puesto que teníamos que llegar todavía hasta Munich.

Allí tb estaba el Castillo de Hohenschwangau:

Neuschwanstein:

Salimos para Munich, con el tontín diciendo para un lado y los carteles para otro, al final no sé ni por dónde fuimos, pero el caso es que llegamos a nuestro hotel. La noche en Munich es… eso, muy oscura. Ciertamente, el presupuesto en luz debe ser la cuarta parte que en España…. Pero bueno, cogimos el metro y llegamos al centro, donde empezamos a pasear hasta dar con una cervecería. Ahí nos topamos con el carácter alemán (¿O sería que la camarera estaba amargada?). Nos sentamos en una mesa, compartida claro, llega la camarera, y nosotros, muy educados pues la saludamos. Hola, Hola. Ella: ¿hola? Y nosotros, sonreímos y “hola, hola”. Se da la vuelta y se va :-O

Nosotros que nos miramos y nos encogemos de hombros… “habrá ido a por la carta”. Al poco nos planta 2 vasos de cocacola de medio litro y se va :-O

La llamo, le explico que no hemos pedido eso, ni nada y nos dice que sí, que cola, cola… Ejem. Tras una no sonrisa se los lleva y nos trae, ésta vez sí, la carta. En alemán :-( Pero no problem, yo querer salchichen… Hay que ser ágiles pidiendo, son 5 segundos por cliente, y su cara no perdona. 1 de esto, otro de esto otro y así, señalando con el dedo el plato de la carta. Al final conseguimos cenar decentemente pese a la amargada. Se nos sentó una niña mona delante y todo para alegrarnos la vista y acabamos disfrutando de la noche en un garito llamado “Sausalito”.

En dicho sitio (restaurante mexicano que se transforma en bar), especialista en cocktails (parece que les van más que los cubatas) me dice Saturno ¿un mojito? Venga... Pues podíamos haber pedido un mojito para todo el bar. Madre mía, qué brutos… Mojito de litro para el nene :-O

Acabamos la noche como pudimos y ala, taxi para el hotel. Siendo viernes de madrugada, me sorprende que en una ciudad como Munich cobrara el taxi sólo 10€ por la carrera de unos 4,5km. Menos que el mojito (13€ el litro, 8 el medio litro).

Tanta cantidad de mojito no podía ser buena, y así acabamos XD

Omitiré comentar el ataque de las lobas succionadoras… O:-)