domingo, 21 de septiembre de 2008

Día 6 (domingo 24). Munich – Innsbruck. 140km.

Ruta:

Desayunamos de nuevo en la pastelería de enfrente (habrían de 8 a 11 sólo en domingo) y tan recoger de nuevo todos los trastos, enfilamos hacia Innsbruck. Optamos por ir por el puertecillo de Kochel am See y ver los lagos de Kochelsee y Walchensee, aunque nos chupamos la única caravana hasta el momento. Se ve que como hacía bueno todos los locales aprovecharon para ir al lago, o al campo.

El lago (Walchensee), precioso, cómo no:

Paradita breve y continuamos echando la gasolina justa para rellenar en Austria (20cts menos). Tras pasar la frontera, entramos en el conocido Tirol, previo descenso del puerto de Scharnitzpaβ con pendientes del 14 y 16% :-O

Y tras fundir los frenos un poco, enseguida llegamos a Innsbruck. Aparcamos como podemos en el centro y vamos andando a buscar la pensión (en zona peatonal):

Preguntamos en el bar y nos atiende una moza de lo más interesante. Guapa, simpática… y estudiante de filología hispánica. Estuvo de erasmus en Valladolid el año pasado :-D Así que por una vez, entendía todo :-) Nos explicó qué ver, dónde comer, ir de copas… Qué ricura de niña. Anna, de nombre. No, no picó el anzuelo :-(

En fin, nos fuimos a comer donde nos dijo, una cervecería interesante pero no comparable con la de Munich, la Stiftskeller.

El colega seguía empeñado en probar el famoso codillo, y en un vano intento de alcanzar su particular orgasmo gastronómico, pidió un plato… que resultó ser el mismo que cenó el día anterior en Munich (con distinto nombre) y que no era codillo :-D

Yo me arriesgué cuando medio entendí tabla de queso, carne y tal y cual… Ejem. Si lo sé me hubiera pedido salchicha, que con eso no fallas ;-)

En fin, tras comer, a bajar la comida. Vi que iba mucha gente con helados, será por las altas temperaturas de 24º… pero el caso es que se me antojó uno. 1,10€ el helado, pequeño pero muy aceptable, en pleno centro. Tras comprar algunas tonterías (recuerdos los llaman creo) por fin vimos el tan famoso tejado dorado:

Innsbruck no es grande, pero sí tiene cierto encanto a pesar de no tener lago. Esto era la continuación de la calle del tejado:

Al poco de patear, tras explorar la zona decidimos hacer de buenos turistas y tomarnos el café junto al tejado. Las vistas no estaban mal:

Sentada parecía pequeñita pero de pie… No sé si mi amortiguador trasero la aceptaría :-D Y mi freno delantero lo mismo tb se hartaba de los toquecitos ;-) Estooo, el café, pues grande como siempre, y flojo. Lo acompañamos con un trozo de tarta. Con mermelada, por supuesto.

Cogimos la moto para acercarnos a ver un castillo, el Schloss Ambrass. Se lo hizo el hermano de Carlos I (si aquel que tenía media Europa), un tal Fernando que, nacido en Alcalá de Henares, acabó por esas tierras.

El castillo en sí no era tal, sino un palacio sin mucha cosa. Lo mejor, unos amplios jardines y sobre todo, las vistas:

Por la noche, tras no encontrar nada mejor, volvimos al mismo sitio, cenando ya dentro porque a partir de las 22:00 no se podía cenar en la terraza. Y al sentarnos, vemos que tb a partir de esa hora (¿se irá Casimiro (el antecesor de Los lunnis) a esa hora a la cama en Innsbruck?) sólo servían 7 platos. Bueno, a pesar de eso, aceptamos y pedimos lo que parecía algo decente. Resultó ser un filete empanado. Con mermelada, eso sí. A 8€ :-(

Será el precio de comer bajo un cuadro de Carlos I, el V por la zona. Al menos nos divertimos, teníamos a Mr. Bean detrás y 2 chavalitas majas delante :-D

El caso es que acabamos haciendo amistad, y fuimos a un garito a tomar… sí, cerveza.

Resultaron ser de Uzbekistán y (espera que lo miro) Tayikistán. Eso está atpc, encima de Afganistán. Claro, resultaron ser musulmanas. No muy piadosas, pues bebían alcohol y fumaba una.

NT: Acabo de descubrir que “alcohol” deriva del árabe kuhl que significa “polvo fino” :-D Qué acertados estos árabes…

Dado que “Innsbruck la nuit” no se caracteriza por sus garitos abiertos hasta altas horas, acabamos en el único sitio abierto a esas horas. Nos miraron un poco raro al entrar… ¿será porque era un bar gay? XD La decoración, muy sugerente. Y junto con la caipinha, un removedor con la parte superior en forma de estimulante Adonis. En fin, la compañía lo merecía :-D

Y con esto y bizcocho…

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