domingo, 21 de septiembre de 2008

Día 7 (lunes 25) Innsbruck-St. Moritz. 292km.

Ruta:

Apenas pudimos dormir, en la pensión había un grupo de estadounidenses de un equipo de algo raro y los simpáticos de ellos llegaron a las 4 y se pusieron a cocinar y hacer ruido. Y luego ruidos de la escalera a las 7 o así. En fin, nos acostamos tarde y nos levantamos atontados.

El caso es que éste día íbamos al Stelvio, por lo que estábamos muy animados y eso compensó. Además, era un día con muchos puertos así que tampoco daba mucho lugar a bostezos :-)

Muy ilusionados, decidimos coger la carretera hacia el sur y así hacer una ruta más interesante. No nos equivocamos, la ruta estuvo muy bien.

Perdimos tiempo en Merano, donde no estaba bien indicado el camino al Stelvio y nos perdimos. Al final, tuvimos que sacar el GPS que muy amablemente, nos llevó por un camino de cabras en la ladera, pero al fin y al cabo nos dejó en la carretera apropiada. Detalle: en Merano ¡pasamos calor! Sol, las 14:00 y dar vueltas con la moto consiguieron lo que apenas habíamos sufrido en todo el viaje :-D

Empecé a ponerme de mala leche así que continuamos hasta el puñetero Stelvio, que parecía que no llegaba nunca, pero sí :-) :

Menos mal que no me importa comer tarde, porque llegamos a las 16:00. Como ya estaba cerrada la pizzería, optamos por uno de los (caros) chiringuitos de salchichen.

Buenas vistas y fresquito, creo recordar que unos 7º. Ya con el deber cumplido y el estómago más tranquilo continuamos camino. La parada, sin embargo, era inevitable:

Con más curiosidad que otra cosa pasamos por Livigno, donde aparte de la gasolina a 1€, no encontramos nada interesante. Es una calle. Tiendas, hoteles y poco más.

Tras tomarnos ahí un cafelito de rigor y descansar un poco continuamos hacia otro puerto, el Bernina. Otra vez salíamos de Italia. Vaya lío de fronteras :-D

Lo cruzamos a eso de las 19:00 con ánimo de ir a dormir a un camping a 15km de St. Moritz (Madulain) dentro de un tonel:

Cachondos que somos XD Y barato que salía además, 26€ los dos. Pero llegamos hacia las 20:30 y ya estaban ocupados todos. Realmente, no pensé que hubiera tanto tarado como nosotros :-O Total, que por primera vez estábamos sin cama. Nos dimos la vuelta a ver si encontrábamos algo en el pueblo. En un sitio no ponía precio y tampoco encontramos a nadie que nos atendiera. Preguntando a un paisano nos indicó un sitio que no encontramos, pero llegamos a una casa donde había 3 motos alemanas. Pues será éste el sitio tan chachi y barato. Qué ufanos… Entramos. No hay nadie (qué raro XD). Mientras esperamos si alguien aparece vemos unos panfletos… “¿Eso que pone ahí es el precio?” Pues va a ser que sí, le digo…Glups. 110€. En una casa perdida en un pueblo perdido. Ya era de noche, pero no hizo falta mucha discusión, nos largamos rápidamente :-D

Y mientras ya nos íbamos, pensando en acabar en St. Moritz, nos hace señas una señora en el pueblo. Paro, la miro. “¿buscáis para dormir? (mi italiano-romance-alemanoide mejoraba a pasos agigantados :-O ). Sí, le digo aún flipando. “Pues ahí abajo hay una pensión que acaban de abrir, y es barata.” Nos indicó y caí en la cuenta de que era la misma que nos dijo el paisano anterior. Caray, la dueña debió ser la Reina del baile del instituto o algo así, qué vecinos tan amables :-D

Llegamos a la serrería (sí, estaba en una serrería) y con más imaginación que luz encontramos la puerta de lo que parece la pensión. Una GS alemana antigua a la puerta nos anima. Entramos, porque claro, está abierto. Pero no vemos a nadie, sólo un cartel con un móvil. Nos animamos a llamar, ya estamos hartos. Dice algo así como que 38€ por persona, que vayamos entrando que en un rato llega. Aceptamos pulpo, ya nos da igual, son las 21:00 de noche y estamos muy cansados. La señora chapurrea español y tras un bla bla bla nos dice que se había equivocado, que eran 28€ por cabeza. Aaah, eso está mejor (sic). Mi amigo trata de regatear aprovechando la situación pero no cuela XD

Rápidamente nos cambiamos y nos acercamos a tientas (la luz debe estar carísima en Suiza y apenas alumbran, así que mucho menos en una serrería en un pueblillo) a la pizzería recomendada (y único sitio donde cenar junto con un restaurante tradicional) no vaya a ser que cierren. Cerraban a las 22:15, así que pedimos sin demorarnos. Con el café nos trajeron el ticket, pero contentos (y molidos) como estábamos nos permitimos un limoncello para saborear el fin de esa jornada tan dura como interesante: 292 km, 7 horas de moto y 5 puertos (Brennerpass, Jaufenpass/Giovo, Stelvio, Passo di Foscagno, Passo del Bernina).

Molidos, a las 23:00 estábamos en la cama.

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